martes, 10 de enero de 2017

¿Ética del consumo?

Ayer el chino, Fernando Insua, me hacía una pregunta sobre ética del consumo, o por decirlo más fácil, ¿qué decisión tomar cuando no tienes mucha plata (o no quieres gastar mucho) y necesitas comprarte algo barato y bueno, pero algunas de las tiendas que ofrecen esos productos, sabes que ocupan trabajo infantil o realizan explotación laboral para luego poder vender a "buenos precios"?
La verdad es que, aunque le respondí que evito comprar en esos lugares, la cosa es bastante más grave que eso. (Carajo Chino! ¡¡Sólo tú haces de la nada ese tipo de preguntas que me dejan pensando varios días!!!!)
Es cierto que con varias de mis amigas ( v, b, na, da), hemos hablado varias veces sobre ese tema, y aunque no todas tenemos una opinión igual al respecto, hay varios puntos interesantes que debemos considerar.
Algunas dicen que saben que mucha de esa ropa se hace con trabajo esclavo, y aunque obviamente no quisieran que eso fuera así, esas realidades a veces las vemos tan ajenas a nosotros, o tan lejos, o pensamos que, aunque yo no compre ahí, igual habrá gente que sí lo hará, entonces ¿de qué me sirve si yo no estoy evitando nada con mi “no compra” ?, y más bien estoy evitándome de comprar algo que sabes que es bueno, bonito y barato.
Otras dicen que tienen una completa disociación con el hecho de comprar en esas tiendas y el trabajo esclavo. Es que cuando entras ahí como que se te olvida (o prefieres que se te olvide) que es ropa que no está hecha éticamente, y eso por decir una de las tantas cosas que involucra la industria de la moda, que es una de las más contaminantes a nivel mundial y no sólo hace daño directo a las personas que explota, sino también al planeta por la forma de tinturar las telas, los desechos de las fábricas y el uso indiscriminado de agua. Pero en el fondo, si yo compro o no ahí, es irrelevante porque mucha gente alrededor del mundo lo hace, entonces no pasa nada, y volvemos al punto anterior.
En mi caso, evito comprar en esas tiendas, además de porque me parece el colmo que yo con una marca de ropa que intenta ser una marca responsable, me atreva a pisar estos lugares que son completamente todo lo opuesto a lo que profeso, creo que son unos lugares en los que la gente va a querer darse un estatus que existe sólo en nuestro imaginario, y las personas dejan de serlo para convertirse en percheros y objetos que van etiquetados con una marca, y aunque suene un poco exagerado, todo esto es real y creo que los mismos consumidores le quitamos la importancia que en verdad tiene por comodidad, por ahorrarnos unos centavos en el bolsillo (esto es para algunos, porque a mí igual me parece carísimo), y por hacernos los prácticos, y los que no nos importa andar vestidos de Zara, MNG, etc, sino que justo ahí había lo que necesitaba y me lo compré.
Igual no pretendo engañar a nadie, yo también he caído en la trampa de las “súper ofertas” y he ido a comprarme cosas en estas tiendas haciendo justamente todo eso por lo que me quejo ahora, pero a pesar de ello, creo que es un tema que hay que conversarlo porque, así como todos nos quejamos del “otro” que es corrupto, ser partícipes de esto, comprando ahí, aún sabiendo lo que pasa, es ser cómplices de esta situación. Y es que es fácil cambiar el mundo por Facebook, dando opiniones y diciendo “que vergüenza” y moviendo la cabeza de un lado al otro cada que vemos las noticias y gente que ha participado de coimas y otros actos de corrupción, y nosotros nos sentimos tan al final de toda esta cadena, que no nos damos ni cuenta que los consumidores somos los principales cómplices de que estas situaciones existan, y que si fuéramos un poquito más responsables con lo que consumimos, podríamos ser capaces de cambiar esta situación.
Ayer al chino le decía que vaya a comprar a tiendas nacionales que conozco, que a lo mejor no son aún lo que uno preferiría en calidad, pero al menos sabes que además de apoyar al consumo local, no estás enriqueciendo los bolsillos de un explotador abusivo.
Vuelvo a la pregunta que me hizo el chino, y pienso un poco más allá. Yo hago ropa, la patrono yo, compro los hilos, coso y todo, pero ¿y la tela? Sí, la compré en el país, o en otro país en una tienda que se veía “muy decente”, pero y ¿cómo sé cómo fue hecha esa tela? ¿Quién y en dónde la hizo?, y vuelve todo ese cuestionamiento anterior.
Es difícil y tedioso, y a ratos es más cómodo pensar que si me pongo a analizar hasta de dónde vino la tela, no voy a tener nada que ponerme, entonces mejor lo dejo ahí, y ya, pero si queremos que el mundo cambie, que exista la paz en todos lados y para todos, que no haya más abusos, como tanto profesamos en redes sociales y en mensajitos navideños del whatsapp, hay que pensar esas cosas que nos resultan incómodas, porque también importan (y más de lo que creemos), y empezar a ser más creativos y buscar soluciones para esos cuestionamientos que nos surgen cuando te llama un amigo a preguntarte dónde se compra un jean.




No hay comentarios:

Publicar un comentario