miércoles, 26 de diciembre de 2012

Contenta, con el alma siempre contenta!!


Soy una persona contenta, y es muy rico decir eso. No es que no me haya pasado nada malo, pero creo que el llevar una actitud de positivismo y alegría por fuera, hace que también se contagie hacia adentro, hacia el alma. Es como cuando uno está triste y esa tristeza se somatiza y se pasa en enfermedad al cuerpo, a mí me pasa al contrario, a mí sonreír me pone feliz, de buen humor, me alegra. Aún a pesar de eso, me sorprende que gente que ha vivido rodeada de desgracias pueda seguir conservando la sonrisa. Para mí eso es admirable, es como ponerle buena cara a lo malo, y fijarse sólo en lo bueno.


En mi trabajo siempre me preguntan que porqué estoy sonriendo todo el tiempo. Y no es que siempre esté feliz, pero en general si SOY feliz. Eso no quiere decir que no me pasen cosas que no me gusten o que mi vida sea perfecta. De hecho creo que está llena de bendiciones y trato de enfocarme en las buenas cosas y no en las malas, pero también creo que es cuestión de la actitud que uno tiene ante la vida. Conozco a mucha gente que le encanta vivir en una actitud de víctima, de sentirse pobrecitos con todo lo que les pasa a ellos, y con todo lo malo con que es “el mundo” en general con ellos. A mí esta gente me da un poco de pereza y me apena que sean tan ciegos para fijarse en la mitad vacía del vaso. Creo que en la vida a uno le pasan cosas que no tiene como evitar ni remediar, pero también pienso que la mayoría de cosas que “nos pasan” son responsabilidad nuestra. Eso de la “suerte” me suena a vagancia, como a dejar nuestra vida en manos del esoterismo, y no a hacernos responsables por lo que vivimos. Yo creo que en la vida lo que uno da, siempre se le regresa, como decía alguien por ahí “Karma is a bitch, just if you are”. Además hay mucha gente a la que yo admiro, personas a las que le han pasado cosas impresionantes, como haber sobrevivido a guerras, violaciones, intentos de asesinato, estadías largas en la cárcel, grandes épocas de pobreza etc. Y aún así han podido cambiar su vida para bien, sin dejar que esa experiencia negativa que vivieron, marcara su vida dejándoles la sensación de negatividad en ella, al contrario, tomando de esa experiencia fuerte, al fortaleza para salir adelante, para no dejarse vencer y seguir sonriéndole a la vida, porque es bella, porque las mejores cosas de la vida son gratis, y porque siempre es mejor creer en la bondad, en la esperanza y en el amor.

 Hay momentos en los que uno necesita desahogarse, llorar, tener rabia, hablar desde las tripas, gritar y decir lo que piensa como lo piensa, sin tener que escoger las palabras correctas para no herir a las demás personas. Porque los que nos quieren van a comprender que lo necesitamos. Que es bueno vaciar el alma y el corazón y decir lo que nos salga de la wata y luego saber reconocer los errores o los gritos de más para pedir perdón.. sin que esas rabias atragantadas se queden acumuladas en nuestro cuerpo creando masa y cosas que no necesitamos. Antes pensaba que el amor se demostraba justo en esos momentos, al morderse la lengua para no decir cosas de las que después nos arrepentimos, pero al pasar del tiempo me he dado cuenta que uno necesita ser sincero primero con uno, y decir lo que siente y piensa tal cual, para que luego el otro me pueda aceptar desde lo que en verdad soy. No sólo decir lo que el otro quiere escuchar. Porque luego esos corajes acumulados y resentimientos guardados, son los que convierten a la gente en personas amargadas, y tristes, sin poder sonreír, sin poder ser felices por todo lo que se tragaron para ellos mismos. Uno debe poder ser sincero y cristalino, abierto y coherente con lo que se es, y lo que se piensa, para poder ser real y transparente. Es una locura no ser lo que se es, con la mayor plenitud posible. Y esa libertad que tenemos para nuestra vida, se demostrará en el cotidiano vivir, en esa energía ligera que la gente que es así transmite, en esa alegría de estar en contacto profundo con las emociones y los sentimientos, y el poder tener una vida más sana y sin sesgos. A mí me sorprende que a veces la alegría, o la gente que está mucho tiempo sonriendo, suele ser tachada de “infantil” o “inmadura”, como que si la madurez de uno dependiera de la cara de “seriedad” que tenga o no. A mí al contrario, la gente contenta me produce buena onda, y querer estar cerca de ellos. Y las sonrisas se me contagian.

 Alguna vez hice ese experimento, el de sonreír amablemente a personas que no solían ser lo más amorosas del mundo, y resultaba que conmigo por la sonrisa y el tono de voz dulzón, al final eran un amor. ¿Y es que como uno se puede resistir a una sonrisa y a una voz amable? Siempre habrá gente oscura que quiera amargarle el día a uno, pero si uno le puede hacer su día más ligero y feliz, ¿por qué no? Esto de la alegría, del tener un alma contenta, es algo a lo que siempre voy a aspirar, a ser luz también para los demás, como esos fueguitos que encienden de los que habla Galeano en el libro de los abrazos, ojalá esta alegría nunca se acabe, y a pesar de todo lo bueno y lo malo, permanezca, aumente y engrandezca el corazón. No sé en dónde leí o escuché esta frase que hice mía hace muchos años, y aunque sigue pasando el tiempo, cada vez me gusta más. “Que nadie venga a mí sin irse mejor y más feliz”.

Por último quiero citar a mi santo favorito, San Alberto Hurtado, que me gustaba más cuando no era santo, porque era más “un hombre común bacán”, y ahora el que sea santo para mí lo eleva a una categoría menos alcanzable. En todo caso para mí siempre será un hombre admirable que me inspirará toda la vida, con sus escritos, su ejemplo y una vida tan loable entregada al trabajo por los demás, que nos invita a ser como él y a luchar siempre contentos por una vida más justa para todos.

ORACIÓN PARA TENER UN ALMA ALEGRE de San Alberto Hurtado, SJ. Señor, son tantos los que sufren en el mundo de hoy, Y tan pocos los que saben olvidar su dolor.

Yo quiero ser Luz que refleje tu lámpara, y levadura buena que te esponje las almas.

Te doy gracias Señor, porque has resucitado, y mataste en mi alma la angustia del pecado.  

Si me pides la vida, Quiero darla contento, Si no quieres que muera... Quiero vivir sonriendo!!!

 Quiero reír, Quiero soñar, Quiero darles a todos La alegría de AMAR!

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